Palabras de Carlos Alvarez Teijeiro:
Presentar un libro en sociedad es el acto de entregar una novedad al mundo. En cierta manera se parece a un bautismo: está la criatura, los padres de la criatura –Paco, obviamente, y Jimena, a quien el autor le agradece entrañablemente por su ayuda en la Introducción al texto. Está también el público y, cómo no, los padrinos. Para mí es un honor, por el que estoy muy agradecido, que Paco me haya elegido como uno de los padrinos de este evento repleto de novedad. Sólo espero estar a la altura de las circunstancias.
Lo primero que llama la atención es la claridad con la que está escrito el libro. Decía el escritor catalán Eugenio D’Ors, frase que posteriormente hizo propia Ortega y Gasset, que “la claridad es la cortesía de la inteligencia”. En consiguiente, se le agradece mucho a Paco la cortesía que ha tenido con sus lectores.
Dicho esto, quiero hacer referencia a una fecha llena de simbolismo.
Estamos en 2014. Se cumplen 60 años desde que Marshall McLuhan publicara una de sus obras más influyentes, Entendiendo los medios.
Y, sin exagerar, creo que Paco se inscribe en la más pura tradición del humanismo tecnológico de autores como Marshall McLuhan, Harold Innis y Walter Ong, entre otros.
Por su análisis de la relación del hombre con la tecnología (cap. 1), por su profunda mirada al cambio cultural de los nuevos medios (cap.2), por su estudio de las redes sociales, en especial Facebook y Twitter (cap. 3) y por su propuesta final (Cap.4), puede decirse que éste es el libro de un humanista, que apoya su desarrollo intelectual en la teoría de la tecnología, en la teoría de la comunicación y en –es su propuesta más audaz- en documentos del Magisterio de la Iglesia.
Así, y aunque la Iglesia es “experta en humanidad” y tiene mucho para decir sobre la comunicación, en general, y sobre la comunicación digital en particular, da la impresión de que los intelectuales católicos tenemos una relación vergonzante con ella. No es, afortunadamente, el caso de Paco. Cita al Magisterio, siempre con citas profundas, oportunas y certeras, citas todas ellas que tienen en común reivindicar la centralidad de la persona, origen y fin de todo proceso comunicativo revestido de humanidad y apertura a los demás.
Paco insiste mucho en cómo las NT se nos han vuelto invisibles, cómo se nos ha vuelto invisible la mediación que ellas comportan, naturalizando algo que en el fondo es artificial, privilegiando el contacto por encima de la comunicación.
Paco quiere superar el contacto por la vía de la comunicación que, como se dijo, supone apertura hacia lo otro, hacia el otro, aun distinto, en una apertura que puede llevarnos a encuentros verdaderos y profundos.
Y para terminar su propuesta, Paco plantea que hay todavía una instancia superior a la de la comunicación, la instancia de la comunión, del encuentro íntimo, para el que las nuevas tecnologías no están preparadas. O, mejor dicho, no es tanto que no estén preparadas, es que no pueden dar de sí hasta esa instancia de comunión entre personas.
Para esa instancia defiende Paco el cara a cara, la relación primordial de un Yo y un Tú, como había señalado ya en 1923 el filósofo Martin Buber. Según Buber, lo contrario a la relación Yo y Tú es la relación cosificante yo y Ello, que acontece no pocas veces en el uso de las redes sociales
Quisiera ahora comentar otras dos virtudes del libro: la primera, las preguntas que aparecen al final de cada capítulo, que cumplen la doble función de resumir lo dicho como la de interpelarnos personalmente acerca de los contenidos tratados con anterioridad; la segunda, el aparato crítico: citas abundantes y generosas, con las que el autor pone al alcance del lector muchos de los textos originales en los que se ha basado para escribir su obra.
En resumen, porque no quiero extenderme, la estrella de la mesa es el padre de la criatura, sostengo que Personalizar el vínculo con la tecnología es ante todo un libro humanista que tiene como tema las tecnologías. No es un libro tecnológico. Y a Paco hay que agradecerle el esfuerzo porque así sea. Paco, gracias. De seguro que el libro le hará mucho bien a sus lectores, un bien intelectual pero un bien igualmente espiritual. Lo que, en los tiempos que corren, no es poca cosa. Gracias.
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