En este ítem, los chicos
argentinos de 15 años obtuvieron 396 puntos, muy por debajo de los 496 que
arroja el promedio de PISA, y ese resultado se ha mantenido estable comparado
con la última medición del 2009 (398 puntos).
En el informe de aquél año, PISA definía la alfabetización lectora como
“la capacidad de entender, utilizar, reflexionar y
comprometerse con textos escritos con el objeto de alcanzar metas personales,
desarrollar el potencial y el conocimiento propios y participar en la sociedad”, y aclaraba que esa
definición se aplicaba tanto a textos en papel como a lecturas digitales. En
ese entonces, la evaluación de PISA incluyó una apartado sobre lectura digital
que evalúa el modo en que los jóvenes leen comprensivamente sitios web. En la
medición 2012, la lectura digital fue evaluada en 32 de los 65 países, entre
los cuales no está Argentina, al igual que en 2009.
Los criterios de evaluación plasmados en los ejercicios propuestos para evaluar la lectura digital (disponibles en la edición 2009 de PISA) están relacionados con: acceder, localizar y obtener información de sitios web; interpretar globalmente una página web; identificar la idea principal del sitio; evaluar páginas web en términos de credibilidad y fiabilidad de la información; reflexionar sobre el contenido o la forma de un texto; reconocer la intencionalidad de un sitio web, sintetizar información de varias páginas web y comparar la información que ofrecen; elaborar y enviar un mensaje de correo electrónico integrando la información a la que se ha accedido. Como podemos ver, todas estas competencias están circunscritas a la visita de sitios web y al e-mail, cuando, es sabido, el consumo principal de los jóvenes de 15 años en la web son las redes sociales. Los criterios de evaluación de las pruebas PISA adolecen de “escolaridad” al circunscribir la lectura digital a la visita de sitios. Los chicos entran a los sitios cuando se les pide desde la escuela para alguna tarea, y tratan de cumplirla lo más rápido posible, porque para ellos la web es, ante todo, lugar de entretenimiento y comunicación sincrónica. ¿Acaso la participación en las redes sociales y la construcción de la identidad digital no son parte fundamental de la participación en sociedad de los jóvenes? La alfabetización digital es mucho más que la lectura crítica de información en la web: debe dar cuenta de cómo los jóvenes se entretienen e interactúan a través de pantallas donde no sólo leen sino que comparten, construyen y ponen en circulación contenidos multimedia generados por ellos mismos. La cultura de la remezcla, un rasgo identitario de estos jóvenes, ha quedado fuera de las pruebas PISA.
Los criterios de evaluación plasmados en los ejercicios propuestos para evaluar la lectura digital (disponibles en la edición 2009 de PISA) están relacionados con: acceder, localizar y obtener información de sitios web; interpretar globalmente una página web; identificar la idea principal del sitio; evaluar páginas web en términos de credibilidad y fiabilidad de la información; reflexionar sobre el contenido o la forma de un texto; reconocer la intencionalidad de un sitio web, sintetizar información de varias páginas web y comparar la información que ofrecen; elaborar y enviar un mensaje de correo electrónico integrando la información a la que se ha accedido. Como podemos ver, todas estas competencias están circunscritas a la visita de sitios web y al e-mail, cuando, es sabido, el consumo principal de los jóvenes de 15 años en la web son las redes sociales. Los criterios de evaluación de las pruebas PISA adolecen de “escolaridad” al circunscribir la lectura digital a la visita de sitios. Los chicos entran a los sitios cuando se les pide desde la escuela para alguna tarea, y tratan de cumplirla lo más rápido posible, porque para ellos la web es, ante todo, lugar de entretenimiento y comunicación sincrónica. ¿Acaso la participación en las redes sociales y la construcción de la identidad digital no son parte fundamental de la participación en sociedad de los jóvenes? La alfabetización digital es mucho más que la lectura crítica de información en la web: debe dar cuenta de cómo los jóvenes se entretienen e interactúan a través de pantallas donde no sólo leen sino que comparten, construyen y ponen en circulación contenidos multimedia generados por ellos mismos. La cultura de la remezcla, un rasgo identitario de estos jóvenes, ha quedado fuera de las pruebas PISA.
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